¿Qué estás esperando? ten un hijo de cualquiera!!!

Conversación en la peluquería:

Manicurista: ¿y tu cuántos años es que tienes?
Margarita: 34
Manicurista: ¿Cuántos hijos tienes? 
Margarita: no tengo hijos. 

Ella levantó su cabeza y lanzó esa mirada punzante que sólo conocemos las mujeres mayores de 30 que no tenemos hijos. Esos ojos que parecen condenarte a mala mujer y en los que puedes leer:  "¿qué??? no sueñas con ser madre???". Entonces, uno, suaviza el momento y agrega: "bueno, no es que no me gusten los niños, de hecho, me encantan, pero, aja" (esta es una respuesta muy costeña, terminar las frases con AJA, que quiere decir mucho o poco según sea el caso. Terminen ustedes la frase) 

Manicurista: Aja, niña y ¿qué estás esperando? (aquí tiene otro uso)
Margarita: ¿esperando de qué?  (digo esto, mientras pienso que mi mayor problema ahora es cómo acumular millas para irme de viaje. 
Manicurista: ¿Te piensas quedar sola? no, mija, eso es muy feo. Ya yo salí de eso, tengo una niña de 5 años, el papá se fue, pero no me importa, ya tengo mi pelaita. 
Margarita: ok (intento que se agote la conversación)
Fallo en mi intento y ella dice: 
Manicurista: ven, y no tienes novio?
Margarita: no, nada
Manicurista: bueno, entonces ten un hijo con cualquiera!
Muero de curiosidad por escuchar lo que dirá a continuación y pregunto:

Margarita: bueno, cuéntame y eso, cómo sería...
Manicurista: fácil, mija, tu sales una noche que sepas que estás ovulando y te metes con el primero por ahí en un bar. (pienso, tocaría sin condón, entonces no sólo es un embarazo sino tal vez una ETS).
Manicurista:  no se, si sales con un amigo con beneficios, pues un día te embarazas y ya...no apareces más, nunca le dices más nada. Mi prima hizo así y está feliz con su bebé. Así no tienes que andar peleando por potes de leche, ni citando a nadie en la comisaría de familia. Le pones tu apellido y no tienes problemas legales

Margarita: Ok (me quedo un poco muda, procesando) luego intento explicarle que no necesariamente todas las mujeres del mundo deben ser madres, pero la verdad, ella no me escucha. Sigue dándome un par de consejos más para quedar embarazada de ese ser sin rostro que me dará el hijo que "traerá la felicidad y me permitirá conocer el amor verdadero" ..etc, y todo eso que te dicen socialmente sobre la maternidad. 

Este es el tipo de conversación que uno debe escuchar cuando sufres de impuntualidad existencial. Es la época en la que tus compañeros de colegio y universidad se están casando, tienen familias felices a juzgar por el FB (mundo encantado de realidades parciales) se endeudan con hipotecas a 30 años, compran carro, tienen un perro y yo, bueno, sigo pensando en viajes. 

Siendo mujer es más complejo, el imaginario de ser madre es equivalente a la María de la Biblia:perfección. Si dudas,  o decides no tener hijos, esa imagen te convierte en una mujer dura, tosca, mala. Sin embargo, la gente olvida que existen las malas madres y las solteras sin hijos buena gente. Pero si te quedas soltera sin hijos estás mal: "una soltera de 40 está quedada, la dejó el tren, por fea, por aburrida. Un hombre soltero de 40, es un perro, todo un conquistador que no encuentra a la mujer perfecta".

 Me gustaría tener un hijo cuando quiera, no cuando toca, cuando el deseo sea una decisión de pareja y un proyecto de vida en común. Si se da eso, bien, sino, también.  La sociedad juzga duro a quienes deciden no tenerlos y poco dicen sobre lo difícil qué es ser padre.  

Según la norma estoy tarde para estar indecisa sobre el tema, pero no creo que la salida sea meterse con cualquiera. No se trata del azúcar pal café, se trata de dar vida, de configurar tu existencia alrededor de alguien más que merece una familia.

A veces toca hacerlo sola,  la vida en pareja no funciona y se emprende el camino de criar bajo nuevas configuraciones familiares, pero si puedo tener un hijo, me encantaría que tuviera un papá que le reconozca, en todo lo que significa esa palabra.  Mi padre murió cuando yo era adolescente, desde entonces supe que tener papá y mamá da confianza, seguridad, no sé cómo explicarlo, pero cuando no  lo tienes, es como cuando vas en un carro y llueve y los vidrios empañados no dejan ver y debes limpiarlo varias veces. Hay que despejar el camino todo el tiempo, uno se tarda más, pero se logra andar. De tener un hijo no sería con cualquiera, no quiero que  a veces sienta que va en un carro a ciegas. 




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